lunes, 1 de agosto de 2011

94- Los extranjeros por Grafitti

--- ¡Pasen, por favor!---ordena el capitán del restaurante.
    Mi madre y yo obedecemos. Ignoramos los comentarios de las personas que esperan ser llamados para calmar sus estómagos adictos a comer más de seis veces en el día. Quizás haya una inspección de la ONU y como somos los únicos negros en el lugar la gerencia quiere demostrar que en el país: Los negros calman el hambre primero que los blancos.
    Somos ubicados en el mejor sitio con vista al mar, nos ponen una jarra de agua con un Iceberg enfriándola y nos dan cada vez que se acercan a nuestra mesa una sonrisa sincera con sus miligramos de hipocresía.
Después de digerir los pollos de cuatro alas, los gigantescos trozos de queso que no podían sumergirse en  la mermelada de guayaba cien por ciento libre de productos desconocidos que producen el color marrón y las cervezas que no son amigas del agua, pedimos la cuenta.
    Para nuestra sorpresa no es el dependiente quien nos trae el importe sino el cocinero, el cual después de… ¿Les gustó el restaurante, cómo les fue el viaje? Esta comida la preparé para ustedes con mucho amor, aquí tienen mi dirección y recuerden “mi casa es su casa” dice tartamudeando sin mirarnos a los ojos(los ojos nunca mienten):
---Son ochenta pesos.
    Mi madre saca un billete de cien y le dice al cocinero con cara de gustarle las propinas de más de diez pesos que se quedará con el cambio.
---No, no, no. Son ochenta dólares. Los extranjeros pagan en dólares.
     Sin incomodarnos sacamos nuestras identificaciones y comentamos en coro:
---Ya tu lo dijiste, los extranjeros. Nosotros… somos cubanos.

3 comentarios:

Jacobino dijo...

La denuncia social puede ser el entorno en el que está ambientado un cuento, perto este texto carece de otra cosa.

Suerte.

Calvin dijo...

Me pierdo en el diálogo final. El del restaurante dice, son ochenta pesos. La madre se los da. Y entonces ¿Quien dice son ochenta dolares?¿El del restaurante otra vez? Si acaba de decir que eran pesos. NO sé, confuso.

Un saludo

Anónimo dijo...

No me animo a calificarlo gramaticalmente. Sé que me gustó y lo puse entre los 10 que prefiero. Alvaro