Ingredientes:
Una añoranza recurrente.
Dos toneladas de miedo atroz a vivir la realidad.
Una pizca de imaginación desbordada.
Elaboración:
Para empezar debes alienarte de la realidad. Y para eso, nada mejor que pensar mucho en las causas de tu nostalgia, dejándolas macerar juntas durante muchos días o, mejor aún, durante meses. Verás que, como un buen vino, este caldo mejora con los años. Tómate tu tiempo...
Una añoranza recurrente.
Dos toneladas de miedo atroz a vivir la realidad.
Una pizca de imaginación desbordada.
Elaboración:
Para empezar debes alienarte de la realidad. Y para eso, nada mejor que pensar mucho en las causas de tu nostalgia, dejándolas macerar juntas durante muchos días o, mejor aún, durante meses. Verás que, como un buen vino, este caldo mejora con los años. Tómate tu tiempo...
Llegará el momento en que pienses que quizá has dejado envejecer la mixtura demasiado y que, de puro hastío, deberías rechazarla. ¡Ni se te ocurra! Este es el momento óptimo para traspasarla a una barrica de madera. Realiza la maniobra con cuidado. Cuando hayas finalizado la operación, que no debería tardar más de un par de horas, aunque dependerá de la densidad de la mezcla, enfócate en el contexto y constrúyelo. Ejecuta este delicado procedimiento integrando, poco a poco y sin prisas, todos los sueños que pueda facilitarte tu imaginación. Verás que, en contacto con el condimento, la combinación empezará a solidificarse. Amásala bien durante un buen rato. Tápala con un lienzo blanco y déjala reposar durante la noche.
Si has seguido correctamente los pasos anteriores, al cabo de ocho horas llegará el momento que tanto has esperado. Retira con cuidado el lienzo y contempla los sólidos cimientos que se hunden en el aire y los poderosos muros que se alzan hasta el infinito. Decora el pináculo más alto de la construcción con la bandera de la locura. Llegados a este punto, puedes felicitarte: habrás conseguido que tu primer castillo de aire se yerga con orgullo sustentado únicamente por tu imaginación.
Advertencia: jamás sirvas un castillo de aire en una burbuja de realidad. Pese a su solidez, se desintegraría en pocos segundos.
Advertencia: jamás sirvas un castillo de aire en una burbuja de realidad. Pese a su solidez, se desintegraría en pocos segundos.
6 comentarios:
NOta de la autora:
Cuando habéis volcado el cuento al blog no habéis escrito correctamente su título.
DIY no es mi seudónimo sino un acrónimo de una expresión inglesa bastante extendida como consecuencia del auge de la customización: Do It YOuself y que podría traducirse como "hazlo tú mismo". Agradecería por favor que lo rectificarais puesto que actualmente el cuento pierde el sentido que quería darle.
El título original, tal y como consta en el documento que os he mandado, es el siguiente: Exin Castillos (DIY). Receta especial para elaborar en casa.
Muchas gracias.
Atentamente, la autora.
De no haber leído primero el relato "19-Estofado de ideas a la literaria", sin duda habría afirmado que este relato es original, pero no es el caso.
Suerte.
Reconozco el parecido razonable. Mi relato, con pequeños cambios, lo publiqué en mi blog (al que tenéis acceso a través de la plica que os he mandado)con fecha 21 de marzo de este año. Podéis consultar la versión en caché así como los comentarios para verificarlo si dudáis de la originalidad del mismo.
Saludos, la autora
Yo no dudo de que el relato lo haya escrito la autora y creo que Jacobino tampoco. Yo creo que se refería a que el relato ya no le parecía novedoso. Y no lo es, hay dos antes que éste, 19 y 67, que juegan con lo mismo
Un saludo
No es gastronómico y por lo tanto no se aiusta a las bases, no hay nada que llevarse a la boca.
Es un relato gastronómico aunque los ingredientes no sean comestibles por el cuerpo sino por el espíritu.
La moraleja está demás, era mejor dejarlo incompleto. Pero este relato es original y me atrapó. Es distinto al del estofado literario. Es mas interesante. Alvaro
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