domingo, 3 de julio de 2011

29- Caldo de vid y vida por Joe Mantel de Cuadros


     Caldo tibio que entras en mi boca, mis papilas gustativas despiertan de su dulce letargo, notas de frutos rojos y madera se mezclan dentro de ella.
     Tu aroma primario me recuerda quien eres, de donde vienes, tu fruto compuesto de hollejo, pulpa y pepitas…tu aroma secundario habla de fermentaciones de cómo las levaduras transformaron tus azúcares en alcohol. Recorres mis sentidos, estremeces mi cuerpo hasta llegar al aroma terciario que descubre tu bouquet generoso, tu esencia infinita, que perdura en mi boca maldita embrujada a tu encanto, sucumbe a la tentación de otra copa.
     Admiro tu color rojo purpúreo, intenso y vivo, se debe a los antocianos, te digo observándote en la copa de cristal, removiéndote y dejándote reposar; Mis pupilas se dilatan mas y mas ante el color y la agraciada caída de tus lágrimas.
     Me hablas de mi tierra, del Sol, de la historia que me contaba mi abuelo cuando era niña…El Sol se enamoró de la tierra que le dio la uva, los hombres recelosos se la arrebataron, la prensaron, depositaron su mosto en cubas y en barricas, así descubrieron el vino con el que hoy brindamos y que un día perteneció al Sol.
    Miro en tu fondo y veo en el reflejo a mi abuelo, cortando tu fruto manualmente, con su sombrero de paja bajo el sol de septiembre, en esta tierra cálida, con alpargatas de esparto y ese cesto de mimbre que poco a  poco se llenaba de racimos.
     La vaga imagen de aquellas mujeres pisando el fruto, mientras bailaban y cantaban. Se agradecía la vida porque en este universo todo esta relacionado. El tractor, las tijeras y las espuertas, la bota de vino para echarle un trago, el almuerzo de pan y tomate, parece que ha pasado una eternidad.
     ¡Ay brebaje delicioso! Si hasta bendecido eres la divinidad hecha sangre, lo dice el párroco de mi pueblo “Tomad y bebed todos de él porque este es el Cáliz de mi sangre…”.  Y qué decir del médico, también le has caído en gracia, te recomienda a los mustios pacientes, que si eres antioxidante, que si anticoagulante, para el corazón, y una retartalillas de cosas más. La verdad nunca costó tan poco cuidarse.
     Aquí estoy en mi sillón de brocado, descalza, paladeándote despacio, lentamente, haciéndote mio en silencio. Creo que un poco chispada, serán los taninos que se hallen en mal estado, sigo enredándome en mis recuerdos, reviviendo una cultura adormecida. Nacida y criada en la cultura del vino que por desgracia parece haberse perdido, esa zozobra me encoge el alma.
     Los tiempos han cambiado, tú también has evolucionado, pero tu esencia es la misma. Podrías acompañar el plato mas exquisito o la sencillez simplificada, una obra de arte, un vino, mas hoy acompañas mi mesa.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

vale..., vale..., tranquilo. Ahora escribe un cuento.

Anónimo dijo...

Respuesta a un tal Anónimo:vale....,vale...tranquilo. Ahora escriba una crítica constructiva (la prepotencia no cuenta). Un relato puede gustar o no, pero que alguien escriba algo desde el cariño y lo comparta merece ante todo respeto.
Gracias.
L.R.

Anónimo dijo...

Estás equivocado. No todo merece respeto: solo aquello que tiene la calidad suficiente. Si todo merece respeto el respeto no es nada.

Anónimo dijo...

Desde luego hay cenutrios como usted que no lo merecen, pero aqui se vé la educación de cada persona.....en fin, lamento que no le guste, pero me importa un pepino, su crítica tampoco tiene la calidad suficiente para ser tomada en serio. Ah!! y a mi, me llama de usted si no le importa.
ESCRIBIR SIEMPRE MERECE RESPETO, PERO ESTA CLARO QUE USTED DE ESO NO ENTIENDE JA JÁ.
NUNCA ESTUVO HECHA LA MIEL PARA LA BOCA DEL ASNO.
L.R.

Jacobino dijo...

Le guste o no, no le falta razón al comentarista anónimo: esto es una especie de oda al vino en prosa(con algún error ortográfico), pero no un cuento o un relato breve con su estructura narrativa (planteamiento, nudo y desenlace), ni el conflicto central que debiera constituir su esencia.

Suerte.

Calvin dijo...

Creo que la propuesta es interesante en cuanto al abordaje, a modo de oda al vino, como dicen por ahí. Quizá se podría haber aprovechado para intercalar alguna historia activada al paladear ese vino. Es decir, utilizar el vino como punto de partida para un recuerdo, quizá de niñez, pisando uvas, o de madurez, de algún amor, o de algún día feliz. En cualquier caso, coincido en que no hace falta desprestigiar los relatos de esa manera que ha hecho el primer anónimo, ya que no creo que nadie se haya inscrito al concurso para fastidiar.

Un saludo